martes, 4 de octubre de 2011

Comentario sobre el texto “The making of a profesional translator”

Este texto forma parte de una de las guías de Traducción de la página Multilingual (www.multilingual.com), llamada “Corus Focus 2011” y publicada en abril de ese mismo año. 

El artículo “The making of a profesional translator” fue escrito por Emmanuel Margetic, director de marketing y ventas de MultiLing Corporation y trabajador en el mundo de la Traducción desde hace doce años.

Este texto trata eminentemente de la importancia de que el traductor sea un enamorado de su profesión y que no se la tome como algo banal, creyendo simplemente que ser bilingüe o que el uso de diccionarios y otras fuentes de información resolverán todo el trabajo automáticamente. E. Margetic divide a los trabajadores de cualquier campo o industria en: 

  • Verdaderos profesionales
  • Profesionales incompetentes
  • Fraudes

Y esto también se aplica, por supuesto, al campo de la Traducción. Para ser un traductor no sólo se necesita el conocimiento pleno de dos lenguas o tener a mano muchas herramientas útiles tales como diccionarios o glosarios. Tal y como el autor expresa, es necesario ser un enamorado de la cultura para la que traduces, tener vocación y volcarte en ello, utilizar los últimos avances en la informática aplicada a este campo, etc. A esto, yo añadiría también el no tener miedo a innovar, a aprender cosas nuevas y aplicarlas a tu trabajo. Por ejemplo, si un nuevo procesador de textos sale al mercado, es comprensible que, estando más acostumbrado al antiguo y conociendo ya todas sus funciones, el traductor sea algo reticente a cambiarlo en un primer momento. Sin embargo, si pasado un tiempo investiga acerca de esta nueva herramienta y descubre que tiene sistemas más cómodos para el trabajo de un traductor, que facilitan la estructuración o la escritura del texto y hacen el proceso más rápido, no creo que deba tener miedo a cambiar e impulsarse en lo novedoso; así, su trabajo será más ágil y podrá responder a sus clientes con mayor eficacia, lo que se traducirá en un incremento de su productividad.

Otro punto que destaca en su texto E. Margetic, es la relevancia de conocer y profundizar en la cultura de la lengua meta. Es muy complicado sumergirse por completo en una cultura, no habiendo nacido y crecido empapado en ella, sin embargo un traductor debe hacer esfuerzos por llegar lo más lejos posible en el conocimiento de la misma: leyendo textos en la lengua origen, relacionándose con personas oriundas de ese lugar, viviendo una temporada en ese país en concreto… Tal y como declara el autor: “serán capaces de formular sus traducciones naturalmente, de un modo que permitirá optimizar la recepción del mensaje por parte del público objetivo”. No obstante, también aclara que un traductor profesional nunca declarará tener conocimiento pleno de una segunda cultura, ya que eso es prácticamente imposible.

Asimismo, otro punto a tener en cuenta es el hecho de que un traductor que trabaje en un área de conocimiento más específica, siempre encontrará más propuestas de empleo que otro que ofrezca sus servicios para un campo más generalizado. Por ejemplo, los traductores que, dentro de un área como la Científico-Técnica, presenten servicios como especialistas en temas tales como la medicina, las instrucciones y glosarios de aparatos eléctricos, o en el campo de la zoología; tendrán más clientes, ya que ofrecen algo específico y concreto, lo cual es algo apreciado por los clientes.

En resumen, un verdadero traductor profesional está ahí por vocación, está especializado en un campo del conocimiento y se interesa y se aplica en conocer la cultura de la lengua origen; por lo tanto, nunca va a tener falta de trabajo, ya que tarde o temprano, los clientes siempre se percatan de quiénes son los profesionales realmente competentes.

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